Sunday, December 26, 2010

Recetario navideño

Tenía que hacer las compras para la cena de Navidad. Unos amigos vendrían a la casa a cenar y aún me faltaba hacer el spaguetti. Me faltaba el perejil. Siempre he tenido problemas para escogerlo. No distingo entre el cilantro y el perejil. Asi como dicen en la peli "son tan similares pero tan diferentes". Me dispuse a ir rápido al supermercado y me encontré frente un dilema. Los montones de cilantro y perejil estaban juntos. Había un pequeño cartoncito que decía "Cilantro y perejil $1.89 el manojo" por supuesto eso no ayudo de mucho. ¡¿Porqué no les pusieron un cartoncito a cada uno?! .Me vi tentada a preguntarle a una señora pero me dio pena. El no ser capaz de distinguir entre un par de hierbas me hizo sentir patética. La solución que tomé fue tomar dos manojos y distinguir el olor. No soporto el olor del cilantro. Lo detesto. Así que cuando di con el perejil, compré mis tres manojos.
Mientras esperaba en la línea con 8 personas frente a mi en la "caja rápida" en la cual pasé 15 min. porque a una señora se le ocurrió pagar con cupones, era para matarla pero son fiestas de paz y serenidad. Así que divagué en mi espacio mental y recordé que no había mandado el mail que mando cada año a todos mis amigos y familiares. Me sentí de lo peor. Se que algunos les da lo mismo leerlo, pero me gusta dar mis buenos deseos. De hecho lo hago todo el año, pero ésta es una época en la que hay "pretexto" y no te ven con cara de que onda.
Al regreso a casa me di cuenta que solo tenía dos paquetes de spaguetti pequeños; me cargo en la leche grité con desesperación, yo ya no voy al super...nel ni mothers. Cociné con los paquetes que tenía y listo. Me sobró bastante perejil, así que lo puse de adorno en los otros platillos. Faltaba poco tiempo para que los invitados llegaran y el postre no estaba listo. Es mas no había pensado en postre. Saqué el recetario que mi madre me hizo con tanto esmero con su puño y letra. Recordé los buenos tiempos en los que olía la comida y yo le ayudaba a partir todo. Encontré una receta que había hecho cuando era niña, solo que esa vez las galletas me quedaron duras. Cuando estaba poniendo las galletas en el horno, me di cuenta de que el regalo de Nikolas no lo había envuelto-una bufanda de cashmere que me costó un mes en conseguir. Traté de no ponerle mucho papel, porque a él no le gustan las cosas tan envueltas. Sonreí orgullosa al ver mi regalo listo para dárselo al hombre que me había hecho tan feliz hace 5 años ya. Espero que le guste. En un momento recordé las galletas en el horno, ya se habían quemado. Pensé en tirarlas o aventarlas por la ventana, pero mejor decidí hacerlas moronas y dárselas a los pájaros que tienen un nido cerca; seguro a ellos no les importará que estén quemadas.
El primero en llegar fué Nikolas, después llegó Julián y Amanda, Abraham me llamó para decirme que venía solo. Dina e Ivonne llegaron después y al final mi hermano César y Rebeca. A todos pareció gustarles la comida. Afortunadamente Dina hizo un postre de nueces con rompope buenísimo,que me salvó la noche. Después de la plática y el vinito se comenzaron a ir los chicos. Besito,abrazo, besito, abracito, feliz Navidad, ciao. Nikolas fue el último, lo invité a pasar la noche conmigo, pero rechazó mi invitación. Solo me quedó decirle Feliz Navidad y agradecerle por los aretes de ambar que me regaló. El vestido rojo que compré especialmente para esa noche y para él, terminó en el cesto de ropa sucia.