Te veo caminar por el laberinto que tiene como destino las jaulas de seguridad. Hay gente de todos colores, pero solo busco tu cabeza, tu cara ¡Háganse a un lado que no puedo ver! quisiera gritarles, pero no lo hago. Solo te veo en silencio; moviéndome constantemente para encontrar un espacio y no perderte de vista. Volteas de vez en cuando, no se si para despedirte o para cerciorarte que sigo ahí, que no te he dejado.
Te pierdes entre todas las cabezas que se mueven rápidas y desesperadas. Creo que ya te has ido. Doy media vuelta y regreso por donde hemos venido. Ha sido el regreso más solitario que he tenido. De la nada me encuentro dentro del auto llorando cual María Magdalena.
Horas después me entero que has llegado con bien a tu destino y de que me has visto dar media vuelta y marchar ¡Aún no te habías ido, seguías ahí! Fué mi error lo siento. Ambos partimos.
Te pierdes entre todas las cabezas que se mueven rápidas y desesperadas. Creo que ya te has ido. Doy media vuelta y regreso por donde hemos venido. Ha sido el regreso más solitario que he tenido. De la nada me encuentro dentro del auto llorando cual María Magdalena.
Horas después me entero que has llegado con bien a tu destino y de que me has visto dar media vuelta y marchar ¡Aún no te habías ido, seguías ahí! Fué mi error lo siento. Ambos partimos.
N*
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